lunes, 8 de febrero de 2010


Esta semana me di cuenta que los ángeles de amor existen, en diferentes formas pero existen. sentada, escuchando un padre dando la reflexión del evangelio pude entender que siendo hijo, hija, madre, padre, hermano o hermana no estamos exentos de equivocarnos y de aprender de los errores.

Aquel padre comentaba sobre como juzgamos a los hijos de otras personas pero no vemos lo ciegos que estamos porque en vez de ayudar a que aprendan a orar, leer así no sea la palabra de Dios, persinarse, etc. hacemos que ellos acojan la nueva ola de chisme, rumores y sobre todo criticas donde el ser humano no aprende si no del egoísmo y de la envidia.
Mientras él le decía esto a las personas que asistieron aquella noche a la misa me daba cuenta que todo esto se aprende en la infancia misionera, primera comunión y otras cosas en las cuales los padres dicen que no se aprende nada si no perder el tiempo... En mi opinión deberíamos o bueno los padres deberían de vez en cuando acompañar a sus hijos a estas pequeñas reuniones donde a veces no solo el niño o la niña aprende si no que el adulto (padre o madre) se enriquece espiritualmente.

Y es aquí donde entran a jugar los ángeles de amor, por ellos nuestras familias se vuelven fuertes ante cualquier circunstancia, se irradia felicidad entera cuando hay un momento histórico de nuestro ser querido... por esos ángeles nuestro cuerpo y alma dan amor porque de nuestros niños aprendemos cada día el valor de amar.

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