martes, 16 de febrero de 2010

CAMINOS

Nuestros abuelos nos enseñan cosas invaluables que con el tiempo apreciamos, son personas que dejan huella en nuestra vida así seamos pequeños, jóvenes o adultos; esto me hace recordar la primera vez que mi abuelo me enseño a montar bicicleta, un día entre semana, caluroso para variar en Villavicencio; cada vez que iniciaba a pedalear tambaleaba y caía una y otra vez sintiendo una profunda tristeza al saber que no podía lograrlo. Él Me enseño a ser perseverante en las cosas, no tener limites en mis metas y aunque a veces me siento truncada por obstáculos que no le veo solución me acuerdo de él, de cómo sacar adelante con esfuerzo y empeño mi sueños.

Aunque a veces solemos decir que las personas de tercera edad no ayudan en nada es totalmente lo contrario; ellos aportan más a la humanidad pues la sabiduría que tienen por su largo recorrido de la vida no se consigue de la noche a la mañana. No se consigue ni a la vuelta de la esquina, por eso en vez de dejarlos en un ancianato, es mejor compartir con ellos la ultima gota de su sabiduría para que en el presente o futuro tengamos presentes sus palabras y lo importante que son para la juventud la cual esta perdiendo identidad por falta de escuchar sus raíces; viendo que nuestros abuelos es el orgullo de toda una generación.

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